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domingo, 4 de marzo de 2012

Efecto Bruce: abortos provocados por los propios animales ; interesante artículo


Grupo familiar de monos gelada. Por BluesyPete, vía Wikimedia CommonsEl objetivo de todos los seres vivos es aumentar su éxito reproductivo. Es decir, que sus crías sobrevivan para llegar a la edad de tener sus propias crías. Para ello se establecen todo tipo de estrategias. En los monos gelada (Theropithecus gelada), cuando un macho se hace cargo de una manada comete infanticio, matando a todas las crías del macho dominante anterior, y las hembras embarazadas del macho depuesto abortan de manera espontánea.
A este comportamiento se le conoce como efecto Bruce, en honor a la bióloga que lo demostró, Hilda Bruce. En su experimento, las hembras de ratón doméstico embarazadas mostraban un aumento de abortos cuando aparecía un nuevo macho alfa, un nuevo líder de la manada. Lo que hacían era reconocer señales químicas nuevas, feromonas del recién llegado, y eso era lo que provocaba los abortos.
Hasta ahora, este comportamiento estaba bien documentado en roedores, pero siempre en condiciones de laboratorio. En un artículo publicado la semana pasada en la revista Science se ha conseguido demostrar por primera vez este comportamiento en la naturaleza, y en un grupo de simios. Para conseguirlo, los investigadores han estudiado 110 hembras que pertenecían a 21 manadas distintas.
Lo primero que detectaron fue una ausencia de nacimientos en los seis meses siguientes al cambio de macho dominante. Para comprobar que se trataba del efecto Bruce, estudiaron los niveles hormonales de las hembras, que demostraron que habían sufrido abortos espontáneos. Pasado dicho periodo, entre los siete y los doce meses después de la llegada del macho, comenzaron los embarazos.
Solo en dos casos las hembras no abortaron. Una de ellas, a pesar de estar embarazada, daba muestras de estar en periodo fértil, por lo que el nuevo macho dominante copuló con ella. Cuando la hembra dio a luz, el macho no terminó con la cría, a pesar de no ser suya. Esto parece indicar que los machos reconocen a las hembras con las que han copulado, no a sus hijos.
Todo este comportamiento tiene una razón evolutiva. Como ya se ha comentado, el objetivo de todos los seres vivos es dejar descendencia, y que esta sobreviva. Como los recursos que ofrecen los ecosistemas son limitados, evitando que los descendientes de otros machos puedan competir con sus propias crías, los machos de mono gelada mejoran la supervivencia de los suyos. El caso de las hembras se explica por lo que se conoce como inversión energética. Las madres utilizan una gran cantidad de su propio alimento en gestar cada una de las crías, y si estas están destinadas a morir, interrumpir el embarazo ahorra gran cantidad de recursos.

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