Translate

lunes, 18 de julio de 2011

PREVENCIÓN DE PROBLEMAS DE CARÁCTER DEL CACHORRO

Todo lo que viene a continuación se refiere exclusivamente al cachorro y, en algunos casos, el término prevención podrá parecer inexacto, dado que me referiré a casos en los que el comportamiento indeseable ya se ha manifestado. Sin embargo, si intervenimos cuando aparece el problema por primera vez, la cura es tan sencilla y rápida que el termino prevención puede ser aún pertinente. Si en cambio posee un cachorro grande o un adulto con problemas similares a los que vamos a examinar, ya es demasiado tarde: su perro necesita una auténtica terapia, y como éste no es el lugar adecuado para hablar de ella, le aconsejo que se dirija a un psicólogo canino.
Timidez, escasa sociabilidad con los hombres, miedo a los demás perros
Este problema revela una carencia de imprinting tanto hacia los hombres como hacia los perros. Si un cachorro no ha visto nunca seres humanos en la fase del imprinting, ya no es posible recuperarlo; si nunca ha visto perros, en cambio, es posible una parcial recuperación, porque el perro puede husmearse a sí mismo y a los demás, llegando a la conclusión de que se encuentra con sus propios semejantes. Sin embargo, el hecho de que reconozca a los demás perros como congéneres no excluye que pueda temerlos.
Prevención: el cachorro debe tener un buen imprinting en ambos sentidos (perro-hombre y perro-perro). Del imprinting hacia el hombre ya hemos hablado: el imprinting hacia los perros se consigue en el criadero permitiendo que la camada entre en contacto con individuos distintos de la madre (el padre u otros machos adultos). La prevención, en este caso, se inicia en el momento de la compra. Infórmese en el criadero y pregunte cómo ha sido criado el cachorro que le interesa. Si nunca ha visto al hombre y tiene más de 50 días, no lo compre; si nunca ha visto perros haga que vea muchos y que juegue con ellos, después de llevárselo a casa.
Agresividad hacia extraños
El cachorro no debe ser agresivo. Si lo es, ello significa que tiene miedo. Así pues, puede tratarse también de falta de imprinting, o bien de carácter débil e inseguro.
Prevención: en el primer caso no debe comprar el cachorro. Muchas personas cometen el error de elegir al más gruñón de la camada creyendo que está destinado a convertirse en un excelente perro de defensa, pero lo cierto es lo contrario: el perro de trabajo debe ser muy sociable con las personas, porque ello significa que no las teme.
Si es un perro de carácter débil pero con un buen imprinting, hágale conocer a mucha gente lo antes posible. Haga que lo toquen, acaricien y mimen hasta que desaparezca todo rastro de temor.
Agresividad hacia el amo
Las causas pueden ser genéticas, ambientales o ambas cosas. Si se ha preocupado por adquirir un cachorro hijo de perros equilibrados, probablemente no se tratará de locura, sino de un intento de dominarle socialmente (esta tendencia debería haber sido revelada por el test de Campbell). Preste atención, porque la agresividad del cachorro nunca es demasiado evidente. Sin embargo, tiene un inicio si, por ejemplo, le gruñe mientras come o cuando trata de desalojarlo de la cama de usted. Aunque parezca gracioso y le haga reir, no se tome a broma estos síntomas.
Prevención: no permita nunca que lo domine, y a cada exigencia suya contraataque con una orden. Sólo después de haberla ejecutado, el cachorro podrá ser premiado con la satisfacción de su petición.
Cada vez que le enseñe los dientes castíguelo imponiéndose como figura dominante. No es necesario darle una paliza, basta un "No", a ser posible acompañado de un manotazo en el hocico o de una vigorosa sacudida por la nuca.
Debe obtener un gesto de sumisión como dar la pata, ponerse boca arriba, darle golpecitos con el hocico. Todos estos gestos significan:"¡está bien, lo he entendido, mandas tú!". Tan pronto como el cachorro realiza uno, debe suspender el castigo. Suspéndalo al instante o cometerá una gravísima injusticia canina: ningún jefe-perro se irrita con un subordinado que se ha sometido.
Agresividad hacia los demás perros
También en este caso, probablemente, el cachorro no ha tenido suficientes relaciones con sus semejantes.
Prevención: llévelo a los parques tan pronto como sea posible a hacer un poco la vida de jauría, y no se preocupe demasiado si en algún caso se las carga. A este respecto, si nos encontrásemos en la naturaleza, le sugeriría que estuviese muy tranquilo; un adulto no hiere nunca a un cachorro, ni siquiera por error. En nuestra sociedad, las cosas no van siempre tan bien, porque algunos ejemplares están tan desnaturalizados que no saben ya cómo hay que comportarse y podrían hacerle daño al pequeño. Pregunte al amo del otro perro cuál es el temperamento de su amigo y cómo se comporta con los cachorros. Si sus palabras le tranquilizan, libere a su perro y deje que aprenda por su cuenta algunas normas fundamentales de urbanidad canina. Quiero insistir en que estamos hablando de cachorros. Si su perro fuese ya adulto y agresivo con sus semejantes no se arriesgue a liberarlo entre otros perros de su mismo sexo, o desencadenará peleas que podrían ser cruentas y muy peligrosas.
(Texto obtenido de "Guía completa para el adiestramiento del perro", Valeria Rossi, Ed. de Vecchi)
Un Saludo
José Antonio

No hay comentarios:

Publicar un comentario