El mareo en coches lo desencadena la ansiedad o la sobre estimulación del aparato vestibular de tu perro, o por una combinación de las dos. El aparato vestibular se encuentra en los oídos de tu perro y le ayuda a mantener el equilibrio y la orientación. Se cree que el aparato vestibular se sobreestimula cuando se está en un objeto en movimiento y hay un desajuste en las percepciones sensoriales: sus ojos ven que está en un vehículo y que en el vehículo nada se mueve, pero su aparato vestibular detecta movimiento, lo que le hace sentirse mal.
Una vez que tu perro comienza a marearse, la única manera de hacer que pare es bajarlo del coche o del medio de transporte en el que se encuentre. Esto no siempre es posible por lo que será mejor tomar algunas medidas preventivas para reducir la probabilidad de que se maree en vuestro próximo viaje. Estas medidas están enfocadas tanto a prevenir su ansiedad como a entrenar su aparato vestibular para que tolere el desajuste sensorial.
Empieza por familiarizar a tu perro con la idea de estar en un vehículo en movimiento. Por ejemplo, si vas a hacer viajes con tu perro, ve acostumbrándolo al coche gradualmente. Siéntalo en tu coche aparcado mientras lo acaricias. Tras varias veces, enciende el coche aunque sigáis aparcados. Una vez más, acarícialo y tranquilízalo. Tienes que transmitirle la idea de que el coche no es un lugar estresante. Comienza a hacer trayectos cortos con él y poco a poco aumenta su duración. Las caricias ayudarán mucho a calmar su nerviosismo.
Si no es tan fácil acostumbrarle o si continua sintiéndose mal, puedes hacer otras cosas también. En el coche, deja las ventanas abiertas para que le de el aire fresco. Para cada treinta minutos y déjalo salir del coche de vez en cuando. Nunca lo lleves de viaje con el estómago lleno, dale de comer varias horas antes del viaje.
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