Desde 1792 se han utilizado animales para ayudar a reducir las patologías de las personas, en la actualidad diferentes tipos de animales, incluidos las mascotas ayudan desde adultos con depresión a niños con problemas como autismo.
El hecho de tener mascotas hace que las personas se concentren más en el animal en si que en los problemas, para una víctima de abuso, ya sea físico o sexual, el contacto con un perro o un gato al acariciarlo les provee de un contacto adecuado y positivo.
La presencia en una mascota puede alegrar el ambiente y relajar a la persona, y al pasar tiempo cuidándolo y jugando con el, reduce el impacto del estrés en la vida y las divierta ya que cuando uno juega con una mascota no esta el factor de competencia y ansiedad, además despues de una larga jornada laboral, el recibimiento de un perro puede alegrarnos un poco mas el día y hasta reducir nuestra presión sanguínea.
También pueden estimular el carácter de una persona introvertida al brindarle un compañero incondicional, hasta hacerla más sociable. Además una mascota provee a una persona introvertida de un sentimiento que le falta, el de aceptación, ya que no les importa el aspecto o las cosas que dice su dueño siempre y cuando las traten bien.
Para una persona con depresión o edad avanzada, realizar actividades como pasear al perro permite realizar un agradable ejercicio físico y abrirse al mundo exterior para tener nuevas relaciones con personas con intereses en común, por ejemplo “un amigo en el parque que también tiene un perro”, esto mas el afecto que brinda una mascota ayuda a mitigar la soledad. En un niño autista pueden ser muy beneficiosos ya que una mascota estimula la necesidad de comunicarse, ya sea a través de una señal o una palabra, motivando al niño a que pueda hablar
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