Es un bonsái capaz de tolerar el tiempo caluroso y seco, al igual que vientos calientes o fríos. Presenta un crecimiento lento, aunque vigorosamente. Durante los meses de verano debemos nutrir nuestro bonsái añadiendo estiércol específico, cada 20 o 25 días. En este período del año el estiércol debe ser rico en nitrógeno y potasio, para favorecer el desarrollo de la florescencia y de la nueva vegetación.
Controla frecuentemente el mantillo del bonsái, para evitar que se quede demasiado seco durante períodos prolongados de tiempo. Riega periódicamente, pero no frecuentemente, cada 10 u 11 días. Durante el riego es aconsejable evitar los excesos, aunque si es necesario mojar bien el terreno.
Los trasplantes realízalos en primavera, retirando 1/3 de las raíces y eliminando las viejas hojas. Puedes trasplantar cada dos o tres años.
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