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viernes, 15 de julio de 2011

LLEGADA DEL CACHORRO A LA FAMILIA

Recuerda que los cachorros ,se hacen mayores
Tan pronto como entre en casa, al cachorro se le deberá dejar en paz.
Después de un comprensible momento nuestro alumno comenzara ya a aprender según el aprendizaje latente que le permitirá hacerse una idea espacial de la nueva casa. Además memorizará nuestros olores, los sonidos de la familia y algunas imágenes táctiles y visuales que siempre deberán ser positivas (caricias, pocas pero buenas, palabras dulces, tono de voz bajo y suave). Recuerde que el cachorro es sumamente egocéntrico, como un niño, y todo lo que sucede a su alrededor es como si le sucediese a él. Si discute con su esposa el primer día que tiene el cachorro en casa, este creerá que está enfadado con él y se asustará. Al término de su primera jornada, que ha pasado inspeccionando, elaborando datos y memorizando, el cerebro del cachorro ya habrá trabajado bastante y pedirá un período de reposo, es decir, de sueño.
Sin embargo, al mismo tiempo el cachorro se siente perdido, sin mama y sin hermanos. Usted podría ser un sustituto significativo, pero por la noche se encierra en su habitación y lo deja solo para no darle el vicio de dormir en su compañía. El pequeño, abandonado a sí mismo en un ambiente que acaba de conocer, se desespera y ladra durante toda la noche.
¿Es un paso inevitable? No. Para que el perro duerma un sueño tranquilo desde la primera noche (al igual que usted y sus vecinos) puede perfectamente tener al cachorro en la habitación con usted, siempre que tenga la precaución de colocarlo en una cesta (o en una alfombrilla, o en una simple caja), de la cual no debe salir.
Tal vez lo intente, pero usted lo disuadirá y la lucha no será demasiado larga: el cachorro está cansado, esta en compañía, tiene la barriga llena, así que desea sobre todo dormir. Sus intentos de salir de la cesta serán más que nada un primer sondeo soñoliento acerca de sus capacidades de jefe de jauría. Si le deja salir, su posición jerárquica vacilara desde este primer momento (y él ya no se sentirá seguro, porque aquí falta el Jefe), pero si continúa devolviéndolo a su cesta con amable firmeza diciéndole un seco "No", acariciándolo cada vez que permanece en la cesta unos segundos, el cachorro:
  1. entenderá que aquí hay un buen guía coherente y fiable, y que puede dormir tranquilo;
  2. habrá comenzado ya a aprender el significado de la orden "no";
  3. completamente relajado, caerá rápidamente en el sueno de los justos.
¡Pero así ya le hemos dado el vicio de dormir en nuestra habitación! -objetará alguien- ¡Y yo no pretendo tener al perro junto a la cama durante toda la vida!
Nadie le obliga a hacerlo. Dentro de uno o dos días podrá conseguir sin ningún problema que el cachorro duerma en la habitación reservada para él (o en el jardín, si lo tiene), y que duerma tranquilo, sin volver a desesperarse, porque mientras tanto habrá aprendido a conocer el ambiente, a entender que esta casa es su guarida, a saber que allí esta el Gran Jefe que vigila su sueño.
No es falta de coherencia pedirle que abandone nuestra habitación, después de habérsela dejado durante una o mas noches: el truco esta en que nosotros no le hemos dado el vicio de dormir en nuestra habitación, sino el de dormir en su cesta (o en su caja, o en su alfombrilla).
Cuando deseemos que el cachorro se desplace a otra parte bastara desplazar la cesta para que él entienda que ese es su lugar, independientemente de la colocación.
(Texto obtenido de "Guía completa para el adiestramiento del perro", Valeria Rossi, Ed. de Vecchi)
Un Saludo
José Antonio

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