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viernes, 15 de julio de 2011

NO ENSUCIAR EN CASA

Ahora debemos ocuparnos del pipí. No tiene demasiado sentido pretender la limpieza doméstica desde el primer día, porque el cachorro debe ambientarse, entender quién manda, etcétera, sin embargo, después de dos días de secar y callar, podemos darle a conocer nuestra opinión al respecto. Si está siguiendo mi programa, ya se habrá dado cuenta de que el cachorro absorbe como una esponja toda la información: es un alumno dispuesto y despierto y, sobre todo, muy voluntarioso.
Pues bien, el cachorro captará con la misma rapidez el concepto de limpieza, siempre que siga uno de los siguientes métodos.
Método natural (W. Campbell): el cachorro debe conocer ya el significado de la palabra "ven" y saber ejecutar la orden simple de "sentado".
Es necesario que se instaure en el cachorro la convicción de que su amo es el maestro y él el alumno. Solo de esta forma tendrá sentido el sucesivo adiestramiento para la limpieza, porque el cachorro entenderá que le estamos enseñando un auténtico ejercicio. En efecto, la mayoría de los cachorros que ensucian en casa no entienden que queremos de ellos.
Si se piensa en cuanto tiempo (por lo general, muchos meses) suelen emplear los padres humanos para habituar a un niño al uso del orinal, ni siquiera nos debería pasar por la cabeza la idea de que un cachorro de perro pueda aprender la lección en pocos días. Y, sin embargo, el cachorro puede conseguirlo.
El primer paso consiste en alimentar al animal con una dieta equilibrada y completa, a horarios fijos e inmutables.
Es importante la consistencia de las heces: si son blandas, se reducirá de inmediato la cantidad de alimento en un 10% y se seguirá disminuyendo hasta que se obtengan heces compactas. Se procederá de forma contraria si las heces son demasiado secas. En cualquier caso, asegúrese antes de que no existan parásitos intestinales.
El lugar en el que puede ensuciar debe ser siempre el mismo y debe resultar al cachorro remuneradamente positivo. Este lugar se elegirá por facilidad de acceso y allí deberemos llevar al perro inmediatamente después de las comidas.
Es necesario llevarlo al lugar adecuado:
  1. después de cada comida;
  2. después de beber;
  3. cuando se despierta después de una siestecita;
  4. después de jugar y correr durante largo rato.
Cuando el cachorro ha entendido que ese lugar es el adecuado (y, por lo general, ensucia por primera vez en él pasadas de treinta y seis a cuarenta y ocho horas desde el inicio del adiestramiento), es necesario darle a entender que todos los demás lugares, por el contrario, son incorrectos. Si el cachorro permanece solo en casa de las ocho de la mañana a las cinco de la tarde, durante cinco días a la semana, es una locura pretender vigilarlo constantemente durante el fin de semana y sacarlo justamente en las horas en que, por lo general, no puede salir. Por tanto, es necesario tener al perro en casa en las horas en que debe permanecer normalmente en ella y hacerle desistir de la idea de orinar o defecar durante las mismas. No hay que darle ni de beber ni de comer. Las comidas y el agua se le suministrará a horas tras las que pueda realizarse una salida para sus necesidades.
El cachorro que ensucia fuera debe ser premiado y alabado. Si ensucia en casa, no hay que pegarle ni meterle la nariz en la porquería: el cachorro pensaría que es eso lo que queremos de él y cogería el vicio de comerse las heces o de revolcarse en ellas. Es mejor esperar a que el cachorro se acerque al cuerpo del delito, mostrarle con voz y gestos (pero sin tocarlo) nuestro desdén y, luego, llevarlo al lugar adecuado.
Para limpiar es conveniente esperar a que el perro no este presente y pasar de inmediato un neutralizador de olores.
Método para la regulación de las necesidades al aire libre (Siegal-Margolis): este método puede utilizarse desde los tres meses a los tres años y prevé una dieta apropiada y horarios fijos. Para un perro de tres meses, resultan adecuados los siguientes horarios:
  •  7.30 horas: comida, agua y paseo para la limpieza;
  •  11.30 horas: comida, agua y paseo;
  •  16.30 horas: comida, agua y paseo;
  •  20.30 horas: solo paseo;
  •  23.30 horas: solo paseo.
Durante la comida concédale al perro quince minutos para comer y luego retírele la escudilla, independientemente de que haya o no terminado.
El alimento debe dárselo solo a horas fijas: el agua debería estar siempre disponible, pero en casos de necesidad se puede dosificar.
Tan pronto como el animal haya terminado de comer, sáquelo y, en cuanto se libere, felicítelo abundantemente y devuélvalo de inmediato a casa. Si el paseo durase mas de 15-20 minutos, el motivo por el que se le ha sacado ya no sería evidente y el método no funcionaría.
Horario para personas que trabajan: sea cual sea su horario de trabajo, saque al perro tan pronto como se levante por la mañana, devuélvalo a casa, dele de comer y beber y vuelva a sacarlo para ensuciar. Cuando vuelva del trabajo haga lo mismo. Establezca un ritmo fijo. Antes de acostarse, sáquelo una ultima vez sin alimentarlo.
Recuerde que el cachorro no puede retener el agua durante ocho o nueve horas: en su ausencia puede encargarle a alguien que mantenga los ritmos de comida-agua-salida, o bien pueda dejar el cachorro en un lugar donde pueda ensuciar sin preocupaciones.
Al principio no se desanime si el cachorro no se libera al sacarlo: podrá resistir hasta veinte horas. Tenga presente que se le fuerza a romper sus viejos hábitos. Y que esto supone un trauma para él.
Si no defeca durante varios días, póngale un supositorio de glicerina para niños inmediatamente después de comer y sáquelo en seguida. Este método puede no ser uno de los mas agradables, pero da resultados seguros. Después de que se hay a liberado felicítelo y acarícielo mucho.
Todo este programa es temporal y dura hasta que el perro aprende a ensuciar fuera de casa (como máximo veinte días, por termino medio).
Suciedad en casa: cuando el cachorro ensucia en casa, lo mas importante es eliminar el olor de las heces y de la orina, porque tenderá a ensuciar nuevamente donde perciba este olor. Los neutralizadores de olores se adquieren en los comercios para perros o en la farmacia y resultan útiles, a diferencia de todos los demás preparados (lejía, amoníaco, etcétera), que disimulan el olor, pero no lo eliminan: el cachorro sigue percibiéndolo y vuelve a ensuciar.
Confinamiento: si el cachorro debe permanecer en casa sin usted, confínelo en un área restringida (sin atarlo), de forma que pueda esperar el máximo posible para liberarse: instintivamente, el cachorro tenderá a no ensuciar su perrera.
Cuando usted este en casa, déjele libre para que pueda moverse por todas partes y dispóngase a intervenir como sigue, si ensucia.
Corrección: al perro nunca se le debe castigar por haber ensuciado en casa. Si lo ha hecho, es sólo porque aun no ha comprendido que no debe hacerlo. Sin embargo, sí se le debe corregir. Y solo podrá hacerlo si se le coge "in fraganti": un solo minuto de retraso ya es demasiado, porque el perro no tiene la capacidad mental de relacionar su cólera con un error cometido antes. Cuando ensucie en su presencia, utilice una latita llena de monedas y sacúdala vivamente cerca del cachorro. Esto lo desorientara y bloqueará durante el tiempo que usted necesita para cogerlo y sacarlo. Al mismo tiempo, diga "¡no!" con voz áspera y firme.
No es lo mismo que golpear un periódico contra la palma de una mano: hay la misma diferencia que existe entre atraer su atención y amenazar con golpearlo.
No es necesario asustar al animal, sino detenerlo en medio de la acción errónea para poderlo llevar al lugar adecuado.
Regulación de las necesidades en el periódico: actuaremos de idéntica forma, pero en lugar de sacar al cachorro se le sitúa sobre una hoja de periódico colocada en el lugar adecuado. El autor desaconseja enseñar al cachorro a ensuciar en el periódico para luego pedirle que ensucie fuera: ello genera confusión y el perro comienza a cometer errores al tratar de interpretar los deseos de usted.
Método Scanziani n.° 1: se coge una caja llena de tierra cultivada con hierba, de amplitud proporcionada al cachorro, y se coloca delante de la perrera después de cada comida, en el momento del despertar, etc., alentando al cachorro a utilizarla mediante estímulo olfativo con un agente químico especial que se encuentra en los mejores comercios. Aléjela cada día unos diez centímetros hasta colocarla definitivamente en el lugar deseado.
Método Scanziani n.° 2: si dispone de una pequeña habitación, un desván u otro hueco en el que colocar la perrera, ponga allí el cachorro y la perrera, cubriendo todo el suelo de periódicos. El cachorro ensuciará por fuerza sobre el periódico. Cada mañana retire un periódico cerca de la perrera, dejando libre un trozo de suelo y cubriéndolo de lisoformo u otras sustancias desinfectantes y olorosas. Quitando un periódico al día, el cachorro aprenderá a liberarse solo en los periódicos, que luego podrá disponerse en el lugar preferido.
Método mixto: dado que resulta muy cómodo enseñar al cachorro a ensuciar en el periódico, sobre todo para quien trabaja, yo aconsejo un método que es más o menos la suma de todos los enumerados hasta ahora.
Personalmente uso el método Siegal-Margolis, unido a Scanziani n.° 2, para habituar al cachorro al periódico empleando la latita no sólo cuando el cachorro ensucia fuera del periódico, sino también cuando juega con este y comienza a romperlo, comportamiento típico de los husky que ningún texto cita. Sacudiendo la latita y diciéndole un brusco "¡No!", se le da a entender que eso es para el aseo y no un juguete.
Mas tarde, para habituar al perro a salir a medida que va creciendo, me limito a desplegar cada día el periódico hacia la puerta (10-20 cm al día): el cachorro se habitúa así, sin traumas, a acercase a esta. Por ultimo, durante un par de días pongo el periódico fuera y dejo la puerta abierta, de forma que el perro va a ensuciar allí; cuando estoy segura de que el cachorro sabe donde se encuentra el periódico, cierro la puerta, lo que le incita a rascarla para salir o a darme a entender de otras formas que tiene que ensuciar. Con algunos ejemplares es necesario sacar el periódico durante un par de días, extenderlo en el suelo y dejar que ensucien allí. Con otros, el paso es gradual y no aporta problemas. Los perros se habitúan a ensuciar fuera de casa (por supuesto, siempre hay que seguir las reglas de elegir un lugar preciso y de darle la alimentación correcta y de forma regular)
(Texto obtenido de "Guía completa para el adiestramiento del perro", Valeria Rossi, Ed. de Vecchi)
Un Saludo
José Antonio

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